Agnus Dei, Francisco de Zurbarán

Agnus Dei, Francisco de Zurbarán

Friday, December 9, 2016

Humanidad, espiritualidad y discernimiento, cualidades que deben demostrar los futuros sacerdotes

Humanidad, espiritualidad y discernimiento. Éstas son las calidades que deben demostrar los futuros sacerdotes, de acuerdo con las nuevas normas para su formación promulgadas hoy por el Vaticano.

Según ha explicado el cardenal Beniamino Stella en una entrevista en L'Osservatore Romano, el nuevo documento busca superar a la "rigidez" en los seminaristas que puede conducir a una visión "burocrática" del sagrado ministerio.

Esta nueva guía completa de formación -promulgada bajo el nombre "El Don de la vocación presbiteral", pero más formalmente conocido como la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis- actualiza una anterior versión de hace treinta años.

Veto al sacerdocio de las personas homosexuales

Aunque continúa con el veto al sacerdocio de las personas homosexuales, especificado por la Iglesia católica por primera vez en 2005, hace una excepción para las "tendencias homosexuales que sean únicamente la expresión de un problema transitorio como, por ejemplo, el de una adolescencia todavía no terminada".

Afectividad madura, serena, libre, casta y fiel al celibato

El documento asimismo recuerda la necesidad de una "imposición voluntaria de la continencia". Sería "gravemente imprudente admitir al sacramento de la orden a un seminarista que no haya alcanzado una afectividad madura, serena y libre, casta y fiel al celibato", escribe el decreto, mientras que los futuros párrocos también necesitarán comprender "la realidad femenina".

Revolución digital

La guía aborda, no obstante, numerosos otros temas, como por ejemplo la revolución digital. "Es necesario observar la prudencia que se impone en cuanto a los riesgos inevitables de la frecuentación del mundo digital, incluyendo las diferentes formas de dependencia que se puedan tratar por medios espirituales y psicológicos adecuados", recoge la directiva.

Al mismo tiempo, "será oportuno que las redes sociales formen parte de la vida cotidiana del seminario", agrega. Pues conviene aprovechar "las posibilidades de las nuevas relaciones interpersonales, de encuentro con los demás, de confrontación con el prójimo y de testimonio de la fe", según el Vaticano, muy activo en las redes sociales.

Entrevista al Prefecto de la Congregación para el Clero, el cardenal Beniamino Stella
L'Osservatore Romano, 7 de diciembre de 2016

En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, la Congregación para el Clero promulga la nueva Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, un instrumento para la formación de los presbíteros. ¿Por qué es necesario un nuevo documento para los futuros sacerdotes y cuáles han sido las líneas inspiradoras en la preparación del texto?

La última Ratio Fundamentalis se remonta a 1970, si bien fue actualizada en 1985. Desde entonces, como sabemos, bajo el efecto de la rápida evolución a la que el mundo actual está sometido, han cambiado los contextos históricos, socioculturales y eclesiales en los que el sacerdote está llamado a encarnar la misión de Cristo y de la Iglesia, no sin provocar significativos cambios relativos a otros aspectos: la imagen o la visión del sacerdote, las necesidades espirituales del Pueblo de Dios, los desafíos de la nueva evangelización, los lenguajes de la comunicación y otros muchos. Nos ha parecido que la formación de los sacerdotes tenía la necesidad de ser promovida, renovada y colocada en el centro; hemos sido animados e iluminados por el Magisterio del Papa Francisco: con la espiritualidad y la profecía que distinguen su palabra, el Santo Padre se ha dirigido a menudo a los sacerdotes, recordándoles que un presbítero no es un funcionario, es un pastor ungido para el Pueblo de Dios, con el corazón compasivo y misericordioso de Cristo por las muchedumbres cansadas y agobiadas. La palabra y las exhortaciones del Santo Padre, algunas referidas a las tentaciones ligadas al dinero, al ejercicio autoritario del poder, a la rigidez legalista o a la vanagloria, nos muestran como el cuidado de los sacerdotes y de su formación es un aspecto fundamental en la acción eclesial de este Pontificado y así deberá serlo, de forma creciente, para cada Obispo y cada Iglesia local.

Friday, April 22, 2016

El cristiano es en Cristo sacerdote y víctima, por San Pedro Crisólogo

San Pedro Crisólogo (380-450), Obispo de Rávena, Italia, uno de los Padres de la Iglesia latina, Doctor de la Iglesia, fue llamado Crisólogo (palabra de oro), como San Juan Crisóstomo (349-407), también Obispo, Padre y Doctor de la Iglesia, que fue llamado Crisóstomo (boca de oro).

Sus Sermones –se conservan 725– se difundieron por toda la Iglesia de Occidente. Combatió las herejías de su tiempo, arrianismo, nestorianismo, monofisismo, y predicó el esplendor de la verdad católica con una elocuencia contemplativa admirable.

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El cristiano es en Cristo sacerdote y víctima: (Sermón 108 de San Pedro Crisólogo)

Os exhorto, por la misericordia de Dios, nos dice San Pablo [Rm 12,1]. Él nos exhorta, o mejor dicho, Dios nos exhorta, por medio de él. El Señor se presenta como quien ruega, porque prefiere ser amado que temido, y le agrada más mostrarse como Padre que aparecer como Señor. Dios, pues, suplica por misericordia para no tener que castigar con rigor.

Escucha cómo suplica el Señor: «Mirad y contemplad en mí vuestro mismo cuerpo, vuestros miembros, vuestras entrañas, vuestros huesos, vuestra sangre. Y si ante lo que es propio de Dios teméis, ¿por qué no amáis al contemplar lo que es de vuestra misma naturaleza? Si teméis a Dios como Señor ¿por qué no acudís a él como Padre?

«Pero quizá sea la inmensidad de mi Pasión, cuyos responsables fuisteis vosotros, lo que os confunde. No temáis. Esta cruz no es mi aguijón, sino el aguijón de la muerte. Estos clavos no me infligen dolor, lo que hacen es acrecentar en mí el amor por vosotros. Estas llagas no provocan mis gemidos, lo que hacen es introduciros más en mis entrañas. Mi cuerpo al ser extendido en la cruz os acoge con un seno más dilatado, pero no aumenta mi sufrimiento. Mi sangre no es para mí una pérdida, sino el pago de vuestro precio.

«Venid, pues, retornad y comprobaréis que soy un padre, que devuelvo bien por mal, amor por injurias, inmensa caridad como paga de las muchas heridas».

Pero escuchemos ya lo que nos dice el Apóstol: Os exhorto a presentar vuestros cuerpos. Al rogar así el Apóstol eleva a todos los hombres a la dignidad del sacerdocio: a presentar vuestros cuerpos como hostia viva.

¡Oh inaudita riqueza del sacerdocio cristiano: el hombre es, a la vez, sacerdote y víctima! El cristiano ya no tiene que buscar fuera de sí la ofrenda que debe inmolar a Dios: lleva consigo y en sí mismo lo que va a sacrificar a Dios. Tanto la víctima como el sacerdote permanecen intactos: la víctima sacrificada sigue viviendo, y el sacerdote que presenta el sacrificio no podría matar esta víctima.

Misterioso sacrificio en que el cuerpo es ofrecido sin inmolación del cuerpo, y la sangre se ofrece sin derramamiento de sangre. Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva.

Este sacrificio, hermanos, es como una imagen del de Cristo que, permaneciendo vivo, inmoló su cuerpo por la vida del mundo: él hizo efectivamente de su cuerpo una hostia viva, porque a pesar de haber sido muerto, continúa viviendo. En un sacrificio como éste, la muerte tuvo su parte, pero la víctima permaneció viva; la muerte resultó castigada, la víctima, en cambio, no perdió la vida. Así también, para los mártires, la muerte fue un nacimiento: su fin, un principio, al ajusticiarlos encontraron la vida y, cuando, en la tierra, los hombres pensaban que habían muerto, empezaron a brillar resplandecientes en el cielo.

Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como una hostia viva. Es lo mismo que ya había dicho el profeta: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo [Heb 10,5; Sal 39,7].

Hombre, procura, pues, ser tú mismo el sacrificio y el sacerdote de Dios. No desprecies lo que el poder de Dios te ha dado y concedido. Revístete con la túnica de la santidad, que la castidad sea tu ceñidor, que Cristo sea el casco de tu cabeza, que la cruz defienda tu frente, que en tu pecho more el conocimiento de los misterios de Dios, que tú oración arda conti-nuamente, como perfume de incienso: toma en tus manos la espada del Espíritu: haz de tu corazón un altar, y así, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Señor como sacrificio.

Dios quiere tu fe, no desea tu muerte; tiene sed de tu entrega, no de tu sangre; se aplaca, no con tu muerte, sino con tu buena voluntad.

Tuesday, January 26, 2016

"Si un sacerdote elige ser una persona normal será un sacerdote mediocre, o algo peor", papa Francisco


El Papa ha arremetido contra la "mediocridad" de los sacerdotes que se conforman con una vida "normal" que buscan su propio placer y pierden el interés hacia los demás, durante una audiencia con superiores y estudiantes del Pontificio seminario lombardo.

"A menudo aparece una tentación en el camino que debe ser rechazada: la de la normalidad, de un pastor al que le basta una vida "normal". Entonces este sacerdote comienza a conformarse con recibir alguna atención, juzga el ministerio con base en sus logros y se abandona a la búsqueda de lo que le gusta, llegando a ser frío y sin un verdadero interés en los demás", ha criticado Francisco.

"Si un sacerdote elige ser una persona normal, que será un sacerdote mediocre, o algo peor", ha agregado en su discurso ante los miembros del instituto eclesiástico que acoge a sacerdotes de todo el mundo que han sido enviados a especializarse en Roma en alguna de las Universidades pontificias.

Así, les ha pedido que elijan una vida "sencilla" que se aleje de las superficialidades y de la "mundanidad". Para ello, les ha dicho que lo importante es "la comunión genuina con el Señor y con los demás".

Igualmente, ha evidenciado la necesidad de usar ante los fieles un lenguaje sencillo y les ha conminado a no convertirse "en predicadores de doctrinas complejas".

Por otro lado, les ha invitado a tener una relación asidua con su obispo. El Papa ha advertido de que si no se tiene una relación "frecuente con el obispo", el obispo "se aísla" y su "fecundidad disminuye".

Así, les ha dicho que los conocimientos adquiridos de las distintas disciplinas no tienen un fin en sí mismo, sino que "deben ser implementados en la conversación de la oración y encuentro real con gente".

Por ello, ha recalcado que no supone ningún beneficio formarse de manera "segregada" y ha explicado que "la oración y la cultura" son piedras que construyen un "único edificio". "Los sacerdotes de hoy y de mañana deben ser hombres espirituales y pastores de misericordia", ha concluido.

Fuente: religiondigital.com